2/6/12

Proyecto Bentejuí como balanza para valorar el país

Tras el éxito del estreno del cortometraje 'Ansite' en la Sala Guayres de Gáldar el pasado 30 de mayo, podemos afirmar que nuestro país sigue emprendiendo y produciendo iniciativas populares que nos aportan esperanza frente al la mediocridad subvencionada reinante.


Muchos de nuestros lectores estarán familiarizados con el proyecto cinematográfico de Bentejuí. Un grupo de profesionales extranjeros y canarios han unido sus esfuerzos para impulsar lo que hoy es casi una quimera en Canarias; apostar por el cine de calidad sobre nuestra historia sin apoyo institucional alguno.  Todo ello combinado con un plan para difundir la Historia  antigua de Canarias en los centros escolares mediante el Proyecto Drago. Lo que en otros países del mundo, e incluso del Estado Español constituiría una idea de gran interés y apoyo por parte de las instituciones para contribuir a un armónico desarrollo cultural de sus territorios, en Canarias hablar de este apoyo es poco menos que ciencia ficción.

Así, Bentejuí antes, y ahora el corto de Ansite, han salido a la luz básicamente fruto del esfuerzo y el liderazgo del director Armando Ravelo y un equipo de profesionales apoyados básicamente por la ciudadanía. Centenares de personas se ofrecieron voluntarios para participar de extras, y por supuesto, ningún profesional y asesor cobró un céntimo, muy al contrario.  A pesar de que Ansite presentado el 30 de mayo en Gáldar, cosecharan innegables éxitos de entrada y expectación, tanto las instituciones como la RTVC miran para otro lado, considerando más apropiado promocionar el benaventismo y La Revoltosa como modelos culturales. Para saber más escucha la entrevista a Armando Ravelo en Radio Guiniguada.

La mágica noche del 30 de mayo en el Cine Guayres de Gáldar dio, qué duda cabe, un empujón al proyecto de Ansite gracias a la gran afluencia de público. Un proyecto que desborda mérito ante tal despliegue de calidad con tan nulo presupuesto, una exposición de talento y potencial cultural que no es digna de la bendición de una casta político-cultural temerosa de un pueblo no idiotizado y vulgarizado. Por ahora, y como el que nos es amigo del poder y la pachanga no es profeta en Canarias, los impulsores del Proyecto buscan en el extranjero un posible apoyo para desarrollar con un presupuesto digno el largometraje. Festivales y proyecciones en el Continente y Europa donde han cosechado éxitos y buenas valoraciones. Una vez más el trabajo y talento canario tiene que abandonar la asfixiante jaula colonial para ser valorado justamente, de la misma manera que miles de jóvenes canarios emigran hoy anualmente a distintos puntos del Globo para ser reconocidos.

Irónicamente, este caso refleja a pequeña escala la realidad canaria más actual y tradicional. Un contraste entre una Canarias joven, dinámica, emprendedora y comprometida con el desarrollo de su tierra, frente a una vieja Canarias anclada en el caduco poder. Envilecida y viciada por la dependencia y la necesaria mediocridad temerosa de cualquier cambio que arriesgue su subordinada pero privilegiada situación frente al vulgo subalterno. Pero nada es eterno y a diferencia de siglos pasados, existe una nueva generación que al menos, ya sabe leer y escribir.